Jesús Rafael Soto

Ciudad Bolívar, Venezuela, 1923 – París, Francia, 2005

Pequeña Blanca, 1983

Madera, pintura, acero y nylon
44 x 86 x 35.5 cm

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Pequeña Blanca

La obra de Jesús Rafael Soto muestra una constante búsqueda por trascender la rigurosa composición geométrica del espacio pictórico (proveniente de la abstracción europea). A través de distintas estrategias, como la superposición de líneas y colores, Soto pretendía escapar del plano representacional generando la ilusión de movimiento, así como desmaterializar, eventualmente, la obra artística: “Mi intención era poner al color en estado de movimiento, no como armonía cromática, que es otro de los residuos académicos de los que huía, al igual que la composición y el equilibrio. Lo que buscaba estaba y está muy lejos de conseguir una bella armonía de colores. Sólo quiero conseguir aquellas combinaciones donde el color tenga mayor fuerza vibratoria, y donde la ambigüedad espacial que resulte de sus superposiciones sea evidente”.

Como puede verse en Pequeña blanca, Soto empleó cables de acero, nylon, plexiglás y madera para construir distintos planos que rompieran con la conexión tradicional entre figura y fondo. A través de los efectos ópticos creados por esta maniobra, las líneas del fondo parecían vibrar, con lo cual se generaba una sensación de movimiento que trastocaba las percepciones espaciales asociadas a la pintura.