Alfonso Michel

Colima, México, 1897 – Ciudad de México, México, 1957

Los abanicos, 1954

Óleo sobre lienzo
60 X 50 cm

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Los abanicos

Alfonso Michel nació en el seno de una familia acomodada, dedicada al comercio de frutas y palma de coco. Tuvo una infancia un poco difícil por la separación de sus padres, hecho que lo estimuló a pintar desde temprana edad. En 1922 se trasladó a San Francisco, donde estudió pintura. A su regreso se relacionó con varios pintores, entre ellos Juan Soriano y Jesús Guerrero Galván. Posteriormente tuvo oportunidad de viajar a varios países, y no es sino después de una larga estancia en Europa que comienza su carrera formal en el arte pintando el mural del Salón de Artes Plásticas de la Universidad de Guadalajara.

Michel tuvo su primera exposición a la edad de 45 años. Durante el poco tiempo que estuvo activo logró consolidar un lenguaje con el que se identifica su obra. Sus pinturas presentan la cualidad de hacer poco discernibles los límites entre lo que pertenece al mundo real y a lo fantástico. Las temáticas que desarrolló fueron principalmente los niños, las ferias, la naturaleza y diferentes escenas de juego.

Los abanicos muestra una composición abigarrada, característica de su trabajo, en la que el retrato de una mujer ocupa la parte central. Destaca también la calavera en la sección superior izquierda, elemento presente en la gran mayoría de las piezas de esta época. Como en otras de las obras de Michel, se aprecia una clara influencia del lenguaje cubista de Georges Braque, quien junto a pintores como Paul Cézanne, Pablo Picasso y Giorgio de Chirico, fue muy importante para el desarrollo de su producción.