Vivian Suter

Buenos Aires, Argentina, 1949
. Vive y trabaja en Panajachel, Guatemala

Sin título, s/f

Acrílico sobre lienzo
125 X 174 cm

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Sin título

Es casi imposible deslindar las obras de Vivian Suter de la zona del Lago de Atitlán en Guatemala, donde ha residido desde hace más de treinta años junto con su madre, la también artista Elizabeth Wild. Suter trabaja tanto en su estudio como al exterior y es frecuente que sus lienzos permanezcan afuera de aquél mientras se secan, expuestos a la vegetación densa y al clima de la zona.

A sus pinturas se adhieren elementos del entorno, como tierra, material botánico, microorganismos y manchas de lodo. El origen de este trabajo en conjunto entre artista-naturaleza puede ubicarse a principios de 2010, cuando una tormenta provocó una inundación en su estudio: el fango, las hojas de las plantas y hasta las huellas de animales marcaron las telas, conformando composiciones abstractas, matéricas, orgánicas que se sumaron a las ya plasmadas por la artista.

En palabras de la artista, sus dibujos, sus piezas de piso y sus lienzos  son representaciones, comentarios e interpretaciones de sus alrededores. Éstos tratan del viento, los volcanes y el paisaje tropical por lo que en ocasiones han sido interpretados como una especie de paisaje. Sus obras no apuestan por la pulcritud, la contención o incluso la singularidad. Es común que en sus exhibiciones sólo podamos ver algunas piezas y es que, colgando de los techos, estando una frente a la otra, el campo visual se interrumpe. De esta forma se acentúa que el conjunto es una respuesta física a su lugar de origen.