Vorort (Suburb)

La creación y evolución de la obra de Neo Rauch está fuertemente asociada a la vida del artista, quien creció en Alemania del Este y presenció la caída del muro de Berlín a los 29 años de edad; es a partir de entonces que se expone a influencias del arte occidental.

El periodo entre 1989 —año de la caída del muro— y 1993 es el que Rauch considera de incubación, pues significó la etapa en la que experimentó y asimiló el mundo occidental, a través de otros paisajes, países, museos y galerías. Una vez finalizada esta fase es que se puede ver la narrativa, el estilo y el imaginario con el que se identifica a este artista hasta hoy.

Este cambio tan significativo en la vida de Rauch es quizá la razón de que su obra posea diversas influencias de distintos episodios de la historia del arte, teniendo en cuenta que en su producción se observan elementos del realismo socialista que imperaba en la República Democrática Alemana, junto con elementos formales que retomó de los prerrenacentistas, del surrealismo, del pop y del cómic.

La obra de Rauch se caracteriza por el uso de colores vivos y brillantes, pero paradójicamente, sombríos; por juegos de perspectiva que recrean temáticas de difícil resolución, siempre con aires de misterio, dramatismo y enigma, y por la presencia de seres alienados que guardan una extraña relación entre ellos y con las actividades que están realizando.

Rauch replantea la cultura popular de un tiempo que ya ha terminado. Incluso, él mismo ha mencionado que sus representaciones podrían ser paisajes sacados de memorias de su niñez, de sueños o de anuncios desvanecidos de décadas pasadas. Así, su obra representa de forma nostálgica la atmósfera visual de los años 60 y 70 de la Alemania Oriental.